Un instante después del verde del semáforo me tomaste la mano y la apretaste en un inequívoco adiós. Recuerdo lo absurdo del tráfico y los carteles de publicidad en medio de tanto sufrimiento privado. Detuve la marcha para verte partir y al menos retener los últimos momentos... Todo en pocos cuadros, privilegio de dedos y palmas fugaces, después de quince años de tantas cosas juntos.
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