jueves, 31 de mayo de 2018

Bip

La pandemia fue devastadora. Lenta y metódicamente terminó con todo rastro de vida en la Tierra. Sólo quedaban máquinas deambulando en el planeta, pero el tiempo se encargó de esperar para verificar cómo de a una iban perdiendo sus fuentes de energía, quedando paralizadas -como objetos absurdos- para el resto de la eternidad. En un Universo vacío y carente de sentido, el azar determinó que un pequeño teléfono inalámbrico fuera el encargado de emitir el último sonido que registra la historia. Efectivamente la pequeña alarma -que denuncia que la batería se está agotando- sonó tres veces. El último bip fue, después de millones de años de historia, la última prueba de que quizás haya habido vida en medio de la nada. 
Pero nadie estuvo ahí para escucharlo.

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