Amigos
El viejo filósofo se inclinó pesadamente sobre el escritorio de madera y cargó la pluma con suficiente tinta para terminar la idea.
“Dios ha muerto. "- estampó al final de la página.
Por un momento pensó que había ido demasiado lejos con esa frase y sintió miedo. Miró entonces hacia atrás, preocupado, y Dios asintió recostado en su silla de mimbre.
- Adelante...no tengas miedo- le dijo para animarlo- recuerda que siempre será un buen negocio: a tí no te olvidarán nunca por semejante afirmación. Y a mí tampoco, porque esa frase me pondrá una y otra vez en el ojo de la tormenta. Siempre será mejor eso para los dos que el olvido y el inevitable paso del tiempo....¿o no te parece?
El viejo pensó un instante, volvió a su hoja con más tranquilidad y la firmó.
Luego tomaron whisky juntos, y rieron toda la noche.
A la mañana siguiente fueron hasta la imprenta. Al salir de allí se despidieron con un largo abrazo.
“Siempre viene bien la ayuda de un amigo", pensaron ambos.
Y poco a poco se alejaron en silencio.
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