lunes, 11 de julio de 2016

Bisagra de papeles

Ahora llueve.
Siempre se supo en el pueblo que el biólogo buscó -como un endemoniado-los papeles donde parecía estar la milagrosa cura de una enfermedad que asolaba a toda la ciudad.
El más viejo de ese laboratorio dio hace un tiempo con una fórmula que, presumiblemente, acabaría con todos los pesares de la zona.
Los vecinos saben que cada tanto la empleada del laboratorio, que linda con el enorme baldío, mecánicamente vacía todo lo que para ella no sirve y lo deja allí.
Pero finalmente ahí está, para él..., la carpeta milagrosa, en pleno descampado, llena de papeles.
Es un peligro porque los chicos de por allí, durante las tardes, juegan con los restos que quedan en los baldíos o los cartoneros los hacen desaparecer.
De hecho Carlos, vecino de la zona, que necesita como cada noche todo el calor posible para su casa, recorre el enorme barrio en busca de algo que por fin alimente la fogata, rogando a Dios está vez tener suerte.
El invierno en estos tiempos es terrible, y las noches no dan tregua.

Pd: si Ud. prefiere a Carlos y su necesario calor de hogar vaya de abajo para arriba; si en cambio su voto es por el progreso de la ciencia, de arriba hacia abajo.

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