sábado, 19 de abril de 2014

Elecciones 

Soy la muerte- dijo la señora sentándose en mi mesa del café- y estoy de muy mal humor así que no quiero escándalos ni planteos raros. Mientras pido algo para tomar lo único que te propongo si es que, si no querés venir conmigo, elijas a mi próxima víctima entre toda esa gente que pasa por la calle.
Me quedé sin respiración.
Se la veía educada y de categoría, pero sonaba irritada y de mal semblante.
A los pocos segundos, de un manotazo cerró mi cuaderno de bastante mal modo.
Luego de que la atendió el mozo me miró amenazante.

- O elegís a uno o te venís conmigo. Para mí esto es sólo un pasatiempo...

Miré con pavor por el ventanal del café, me resigné a la situación y traté al menos de encontrar algún anciano para ser lo menos injusto posible, pero no veía ninguno.

- Verás que no es tan fácil...- dijo luego del primer trago al café- pero después te resulta indiferente cualquiera.

Hice una pausa temeraria que para mí duró siglos y por fin apareció un señor mayor caminando por la esquina.
Antes de que le dijera nada de mi elección la mujer hizo chasquear los dedos con cierto desdén mientras me miraba fijo a los ojos.
El hombre cayó desplomado y de inmediato la gente se juntó en la vereda a intentar auxiliarlo.
Ella me dedicó una sonrisa irónica y terminó el café de un sorbo. Luego salió sin saludarme y disimuló curiosidad entre la gente para ver qué le había pasado al viejo.
La vi desaparecer rápido entre los autos, el smog y las personas que se sumaban en la vereda.

Por mucho tiempo he evitado esa mesa maldita, pero esta tarde es la única vacía.
Creo que ya es mi tiempo.
A mi edad no es improbable que algún joven me elija y me señale con el dedo en ese mismo juego de antaño y le diga a la señora con alguna frialdad... "Ese viejo... el que garabatea su cuaderno nervioso... ahí...en la mesa del café."

---------------------



No hay comentarios:

Publicar un comentario